¿Por qué te sigo recordando?

¿Qué pasa cuando nuestras palabras no tienen el efecto que queríamos que ejercieran? ¿Qué ocurre cuando la reacción no es la esperada? Nada. Exactamente, nada.
Y entonces, ¿por qué sentimos ese vacío?
Hace poco aprendí que lo importante no es la respuesta a tu pregunta, sino la pregunta en sí. 

¿Por qué sentimos ese vacío? 

Lo relevante no es el porqué, sino el sentir el vacío. ¿Cuál será mi próximo paso? Mientras demos un paso hacia delante, no importa la respuesta.

Ni Batman, ni Superman

¿No te has imaginado nunca que, por ejemplo, tu madre fuese una espía? O quizá aquel desconocido. Tan formal, tan gris, con su maletín a rayas y sus gafas cuadradas. Entra a una cabina de teléfono, se deshace de su traje en cero coma treinta y ocho milésimas de segundo y aparece un superhéroe. O quizá un supervillano.
Ya que lo menciono, ¿por qué se infravalora tanto a los villanos? ¿Por qué pierden siempre en las películas? ¿Eso nos da a entender que lo correcto es ser un héroe? Pues yo creo sinceramente que todos escondemos dentro un villano. Y no de los que solo roban caramelos a los niños, sino de los que son más malos que una picadura de mosquito.
Cada persona tiene su kryptonita y su segunda cara de la moneda. Cada persona podría quererte y al día siguiente romperte el corazón...

Pero bueno, al menos tengo el consuelo de que yo no sufro esa presión de tener que estar buenorra para cumplir mi rol en sociedad.

Oh, wait...

Cosas que no he tenido en cuenta.

Siempre he tenido en cuenta que tarde o temprano todos los caminos se bifurcan, se separan.
Siempre he tenido en cuenta que las personas se alejan unas de otras, sea cual sea el motivo.
Pero creo que hasta el día de hoy no me he percatado de que las separaciones no implican un para siempre, que cuando una persona se va no significa que no vaya a volver. Que a veces solo se necesita respirar aire fresco. A veces hace falta un poco de soledad.
Dime, ¿si vuelves esta vez es para quedarte?