Un vecino

(Basado en hechos reales)

Pues tengo un vecino. Sí, lo sé. Increíble. Bueno, pero no es un vecino normal. Es infumable (sobre todo porque intentarlo supondría una sobredosis de las buenas). Tendrá como unos veinticinco. Nuestra habitación está pared con pared. Supongo que si mi vida fuera una película se le acabaría la sal y llamaría a mi puerta a pedirme un poco. Yo estaría vestida en uno de mis pijamas más sexys (si es que eso existe) y lo demás os lo podéis imaginar. Pero mi vida no es una película (en absoluto). Así que... ronca y tal. Mucho. Muchísimo. DEMASIADO. Y se acuesta a las nueve. DE LA "NOCHE". Y ronca de nueve hasta quién sabe cuándo. A veces se echa una siesta (y ronca). Pero eso no le impide acostarse a las nueve. Qué va. He intentado ignorarle durante más noches de las que puedo recordar. Pero es duro. Muy duro.
Lo mejor es cuando golpea la pared quejándose de que tengo la música alta. Yo no me quejo de él (y eso que lo suyo no es música, ni sonido, ni nada que parezca sano).
Un día llamó a la puerta (no pedía sal).
Yo no estaba, contestó mi madre. Quién sabe qué pasaría. Pero ya no he vuelto a escucharle roncar. Tampoco se queja de la música. Dice que no quiere problemas.
Dios. Mi madre es el mismo Diablo.

2 comentarios:

Cristina Torrecilla dijo...

Campaña de Support para la Palmi.

Celia P. dijo...

Muy fan.