La niña callada

Era una niña y ay
era una niña, perdónala.

Sé que no debería perseguirla. Pero hay una parte de mí que no puede evitar verla en su reflejo. No puede evitar reconocerla en esas frases que no digo, esas veces que finjo olvidar. Y se mira y la ve y no hay nadie más. Se mira y no se ve y

dónde estás.

Y ese trocito de mí es el mismo que a veces recorre sus recuerdos, sin querer, en busca de esa niña callada. Y la miro, siempre con la esperanza de que se encuentre con mis ojos. Siempre con la necesidad de que escuche mis palabras, que quieren enseñarle a gritar, a decir que no. Solo quieren dar fuerza a su voz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si se mira y no sé ve, quizás sea porque se está empezando a volver invisible, si no la encuentras... quizás si la buscas en la brisa o en el viento la puedas encontrar, si las palabras se las lleva el viento te escuchará.