Ni Batman, ni Superman

¿No te has imaginado nunca que, por ejemplo, tu madre fuese una espía? O quizá aquel desconocido. Tan formal, tan gris, con su maletín a rayas y sus gafas cuadradas. Entra a una cabina de teléfono, se deshace de su traje en cero coma treinta y ocho milésimas de segundo y aparece un superhéroe. O quizá un supervillano.
Ya que lo menciono, ¿por qué se infravalora tanto a los villanos? ¿Por qué pierden siempre en las películas? ¿Eso nos da a entender que lo correcto es ser un héroe? Pues yo creo sinceramente que todos escondemos dentro un villano. Y no de los que solo roban caramelos a los niños, sino de los que son más malos que una picadura de mosquito.
Cada persona tiene su kryptonita y su segunda cara de la moneda. Cada persona podría quererte y al día siguiente romperte el corazón...

Pero bueno, al menos tengo el consuelo de que yo no sufro esa presión de tener que estar buenorra para cumplir mi rol en sociedad.

Oh, wait...

5 comentarios:

Cristina Torrecilla dijo...

Adjunto comentario.

Celia P. dijo...

No quiero tu compasión.

Cristina Torrecilla dijo...

Entendido.

Niño Manta. dijo...

No se como lo verás pero esto es igual al discurso del club de los poetas muertos.
Aunque yo vine aquí para hablar de mi libro.

Celia P. dijo...

Te amo.