Esto es una frase. Al menos, eso creo. Y esta es otra. La temperatura me está oxidando. ¿Has visto esa? No tiene nada que ver con la anterior. Pero a veces pasa. Ahora se me ha ocurrido que voy a escribir una un poco más larga, que no quiero que se escape el ritmo. En este momento estoy escuchando la misma canción, una y otra vez, en ciclo, ¿sabes? I'm afraid of the things in my brain. No hace falta que vaya ni entre comillas, ni en cursiva; se sabe que es un verso que acabo de escuchar. Y sí, ¿te puedes creer que estaba en otro idioma? A veces pasa. De hecho, el título está en otro también. Es una palabra que aprendí ayer, en un texto de Goethe. Me gusta bastante, es bonita. Bueno, la verdad es que no sé si estás pillando lo que estoy intentando hacer hoy. De todas formas, como estoy muy sincera, te lo voy a contar: es justamente todo lo contrario a lo que hago siempre. Me apetecía mandar un poco a la mierda a la ambigüedad. Y de verdad que lo estoy intentando, pero a veces se me escapa. ¿O acaso crees que es pura sinceridad todo lo que hay detrás? Vaya, lo he vuelto a hacer. Como recompensa, te voy a confesar que al principio he escrito "mierda", pero me parecía excesivo. Tengo clase dentro de poco. Y aunque me apetece seguir haciendo un rato el gilipollas, tengo que prepararme. ¿Sientes que has perdido el tiempo?
Yo también.
O no...
Mierda.
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Das Deutschbuch
Llevaba puestos los cascos y el volumen de la música superaba al del mundo. Era como mirar el mismo fotograma una y otra vez. Y empezó a debatirse entre asignar un instrumento a cada objeto inmóvil de la habitación o cerrar los ojos y que, así, comenzarán a moverse a su compás.
Consideró estúpido a cualquiera que, en su situación, no sucumbiera a la tentación de imaginarse al libro de alemán tocando la batería.
Un vecino
(Basado en hechos reales)
Lo mejor es cuando golpea la pared quejándose de que tengo la música alta. Yo no me quejo de él (y eso que lo suyo no es música, ni sonido, ni nada que parezca sano).
Un día llamó a la puerta (no pedía sal).
Yo no estaba, contestó mi madre. Quién sabe qué pasaría. Pero ya no he vuelto a escucharle roncar. Tampoco se queja de la música. Dice que no quiere problemas.
Dios. Mi madre es el mismo Diablo.
Entrada de la que un día me arrepentiré
Si no te llamas Malaky no hace falta que leas esta entrada.
Me disculpo por adelantado si daño tu sensibilidad.
Tú y no tan tú
Un día de estos por no soportar ser tanto y tan poco voy a crecer de un tirón (ya que sea bueno o malo... Digamos que es inconexo, como lo de los escraches). Parece que estoy atascada en este feo limbo, donde empiezo a ser... A ser más superflua que los pañuelos aromatizados. Y a la vez esos señores grandes con bigote van percibiendo mi existencia poco a poco.
¡¡Dentro de año y pico una más de los cinco millones de parados!!
Espero que se haya discernido bien mi entusiasmo.
Y bueno, a lo que iba. Que ser nada empieza a ser aburrido -y eso que los que son algo parecen aún más cansados- y esperar eternidades se va haciendo latoso (no leproso, o quizá un poquito sí). Aunque, por lo menos, ser nada tiene algo de especial; y es que todos somos nada para un día dejar de serlo. Y me asusta pensar que dentro de poco -y mucho- dejaré de ser algo que un día fui.
Muchos piensan que son solo números. Y sí, claro que lo son. Pero son números finitos, pese a que a veces lo releguemos al olvido.
Pero al igual que esto, dejamos de ser quienes somos por multitud de razones -y así volvemos al tema de los escraches, que algunos piensan que son buenos y otros que no tanto- y más a menudo de lo que creemos. Ya que, con seguridad, cada día escuchamos algo nuevo; algo que puede que se convierta en una creencia o que nos importe un pepino.
Pero sí. Cada día dejas de ser tú, para ser un tú mejor, un tú más versado, un tú más alegre o un tú más tú de lo que has sido nunca.
¿Ves?
Esto ha empezado temiendo.
Y termina temiendo. Aunque un poquito menos.
¡¡Dentro de año y pico una más de los cinco millones de parados!!
Espero que se haya discernido bien mi entusiasmo.
Y bueno, a lo que iba. Que ser nada empieza a ser aburrido -y eso que los que son algo parecen aún más cansados- y esperar eternidades se va haciendo latoso (no leproso, o quizá un poquito sí). Aunque, por lo menos, ser nada tiene algo de especial; y es que todos somos nada para un día dejar de serlo. Y me asusta pensar que dentro de poco -y mucho- dejaré de ser algo que un día fui.
Muchos piensan que son solo números. Y sí, claro que lo son. Pero son números finitos, pese a que a veces lo releguemos al olvido.
Pero al igual que esto, dejamos de ser quienes somos por multitud de razones -y así volvemos al tema de los escraches, que algunos piensan que son buenos y otros que no tanto- y más a menudo de lo que creemos. Ya que, con seguridad, cada día escuchamos algo nuevo; algo que puede que se convierta en una creencia o que nos importe un pepino.
Pero sí. Cada día dejas de ser tú, para ser un tú mejor, un tú más versado, un tú más alegre o un tú más tú de lo que has sido nunca.
¿Ves?
Esto ha empezado temiendo.
Y termina temiendo. Aunque un poquito menos.
Peligro de incendio
El hombre ha inventado diferentes tipos de cortafuegos: forestales, arquitectónicos e incluso informáticos. Y sin embargo, es curioso que no haya creado ninguno para salvarse a sí mismo.
Aquel que tenga dos dedos de frente (que me perdonen el símil los frontudos), habrá deducido- si es que anteriormente lo desconocía- el significado de cortafuegos. Pero como nunca se sabe, yo lo explico para los másPaquirrines vagos mentalmente. Resumiendo: un cortafuegos es un impedimento del paso del fuego (en el caso del informático, del paso de virus al ordenador).
Lo que también me inquieta es el motivo de no haber inventado este cortafuegos personal, si es a causa del desinterés o de la dificultad para llevarlo a cabo.
La verdad es que necesitamos uno a toda costa. Un cortafuegos que te avise en la esquina inferior derecha de tu mente sobre la posibilidad de encontrarte con una decepción. Y luego tú decides si aceptas, niegas o pospones la advertencia otra hora más.
Aunque si quizá algún día se llega a inventar, no podríamos saber si dará lugar a algo peor que convertirse en cenizas.
Y sí, me refiero a Justin Bieber.
Aquel que tenga dos dedos de frente (que me perdonen el símil los frontudos), habrá deducido- si es que anteriormente lo desconocía- el significado de cortafuegos. Pero como nunca se sabe, yo lo explico para los más
Lo que también me inquieta es el motivo de no haber inventado este cortafuegos personal, si es a causa del desinterés o de la dificultad para llevarlo a cabo.
La verdad es que necesitamos uno a toda costa. Un cortafuegos que te avise en la esquina inferior derecha de tu mente sobre la posibilidad de encontrarte con una decepción. Y luego tú decides si aceptas, niegas o pospones la advertencia otra hora más.
Aunque si quizá algún día se llega a inventar, no podríamos saber si dará lugar a algo peor que convertirse en cenizas.
Sin título
Deberíamos hacer borradores de nuestra vida.
¿Por qué borradores y no gomas? Pues la verdad, no sé en que se distinguen, pero la palabra borrador es más guay (y con diferencia).
Supongo que un borrador es como una entrada, pero un poquito más íntima. Es algo que (en un principio) solo lee uno mismo. No lo escribe por compromiso, o por obligación, sino porque le apetece. No tiene que complacer ni gustar a nadie que no seas tú. Y deberían ser independientes unos de otros, como si pertenecieran a libros y autores diferentes. Está el borrador de cuando estás nostálgico, de cuando no quieres pensar, de cuando piensas tanto que no sabes lo qué escribes o de cuando escribes tanto que no sabes lo qué piensas...
Mi primo dice que un borrador es una hoja en blanco donde tú escribes, luego te corrigen las faltas y al final tienes que pasarla a limpio. Y también es verdad. Supongo que un borrador es lo que tú quieras y tiene más acepciones de las que cree la RAE.
Hoy, por ejemplo, sería un buen día para empezar (me gustan los números redondos).
Martes, 1 de enero de 2013, me dispongo a escribir mi primer borrador. Quizá trata sobre dragones o cuentos. O tal vez trata sobre escribir borradores. Solo sé que deberíamos escribir más a menudo.
Cejillas
Creo que lo que más odio en el mundo son las cejillas.
Son incómodas y hacen que te duelan los dedos.
¡Son difíciles! Y además... Eh... No me gustan, ¿vale? Pero si tocas la guitarra tarde o temprano aprendes a hacerlas. Como muchas otras cosas que en el pasado resultaban imposibles y hoy no son más que un reflejo innato, como respirar. Y... creo que eso es bonito.
Son incómodas y hacen que te duelan los dedos.
¡Son difíciles! Y además... Eh... No me gustan, ¿vale? Pero si tocas la guitarra tarde o temprano aprendes a hacerlas. Como muchas otras cosas que en el pasado resultaban imposibles y hoy no son más que un reflejo innato, como respirar. Y... creo que eso es bonito.
Una historia de una alfalfa
Gracias a mi nuevo aparatico de Búsqueda (en la columnita de la derecha, básicamente porque no hay otra) me he dado cuenta de que nunca he usado palabras como 'feo', 'alfalfa', 'brócoli' o 'maraca' y creo que tengo que subsanar ese olvido. Y ya está, solo vengo aquí por eso.
Ale, ahí os quedáis (o no).
28/09/13 - Siento comunicar a mis lectores que ya no hay gadget de búsqueda. Pero fue bonito mientras duró.
Ale, ahí os quedáis (o no).
28/09/13 - Siento comunicar a mis lectores que ya no hay gadget de búsqueda. Pero fue bonito mientras duró.
Que Pepica nos pille confesados
"Está un poco bizca" - comentario de anónimo sobre Pepica.
No sé por qué, ha surgido así, pero hoy os voy a hablar de una "persona" que conocí este año: Pepica.
Pepica es esa típica mujercreo de 88 años mentales, atrapada en un cuerpo de 50 (y probablemente lo lleva siendo toda su vida); de esas personas que jurarías que nacieron ya con la menopausia.
Pepica es la típica de las colas del Mercadona; la que te ruega que le dejes pasar primero porque solo lleva unas toallitas hipoalergénicas para que no se le irrite... la sonrisa. Y seguro que es también de las que pagan con moneditas de 5 céntimos.
La versión joven de Pepica (si es que es posible que la haya) es la católica estereotipada que en Semana Santa te pisa los pies con el carricoche y luego te mira con cara de "Eso es que te ha castigado el señor por no haber visto las 394018439018 procesiones de hoy. Maldito ateo".
Pepica es la típica madre que le prohíbe ver la tele a sus hijos (los típicos hijos que la llevarán a una residencia cuando chocheeaún más).
Pepica es de esa gente que si escucha la palabra "pene" se desmaya.
Básicamente, Pepica es la típica "persona" que, por mucho que intentes huir de ella, acaba encontrándote, como si para ella fueras el presentador del programa de Saber Vivir.
Y por eso escribo esa entrada (no por ningún rencor hacia su persona, como que me dijera el otro día que no vocalizaba,qué pedazo de ****), para advertirte. Si tienes a una Pepica en tu vida, la única posibilidad de supervivencia se concentra en seis letras: correr. (Recuerda: tiene los músculos atrofiados de tanto quejarse del ateísmo)
No sé por qué, ha surgido así, pero hoy os voy a hablar de una "persona" que conocí este año: Pepica.
Pepica es esa típica mujer
Pepica es la típica de las colas del Mercadona; la que te ruega que le dejes pasar primero porque solo lleva unas toallitas hipoalergénicas para que no se le irrite... la sonrisa. Y seguro que es también de las que pagan con moneditas de 5 céntimos.
La versión joven de Pepica (si es que es posible que la haya) es la católica estereotipada que en Semana Santa te pisa los pies con el carricoche y luego te mira con cara de "Eso es que te ha castigado el señor por no haber visto las 394018439018 procesiones de hoy. Maldito ateo".
Pepica es la típica madre que le prohíbe ver la tele a sus hijos (los típicos hijos que la llevarán a una residencia cuando chochee
Pepica es de esa gente que si escucha la palabra "pene" se desmaya.
Básicamente, Pepica es la típica "persona" que, por mucho que intentes huir de ella, acaba encontrándote, como si para ella fueras el presentador del programa de Saber Vivir.
Y por eso escribo esa entrada (no por ningún rencor hacia su persona, como que me dijera el otro día que no vocalizaba,
Tú: 0 - Senectud: 1
Muchos historiadores piensan que todo empieza con la frase "Pasad por aquí, en el mismo orden", también están los de mi quinta, que creen que más bien comienza con la siguiente: "NIIÑAAA, VETE A COMPRARME AL MERCADONA". Sí, estoy segura de que es esa.
Bueno, pues eso más un "Arreando que es gerundio" y ya estás de patitas en la calle, con tu lista de la compra y tres bolsicas en el bolsillo (que es que las mu' japutas cuestan dos céntimos y ese gasto no se lo puede permitir una madre). Aunque los menos afortunados tienen que cargar con un carrito de Dora La Exploradora.
Omitiendo los detalles de cómo llegaste a la puerta (hagamos un corte sutil, como en las pelis coreanas de bajo presupuesto), ya estás en la tienda. Revisas la lista, mientras cantas en tu cabeza "Meeeeeeeeercadona, Meeeeeeeercadona" y suena alguna que otra canción antigua de La Oreja de Van Gogh (que seamos realistas, solo salen en los supermercados, las pobrecicas). Cuando ya te has recorrido los tres mil pasillos y vas cargado de lo que comenzó siendo "tráeme tres barras de pan", hasta "el caldo de pollo Gallina Blanca; sí, el que está al lado del tomate, gilipollas", llegas a la cola. Aunque con la gente que hay ya podría ser la cola del INEM, igualita.
Mientras llevas como cinco minutos esperando, tres viejas con cara de "Hija, tengo más cosas que tú y puede que te insinúe que tengo prisa o que me duele la pelvis para que me dejes pasar, pero si tú estuvieras detrás de mí con un solo puto paquete de chicles no te colaba, zorra" se han colocado detrás de ti.
Tres gruñidos de vieja después, ocurre el milagro. Una cajera vuelve de tomarse el cafelito de las ocho de la tarde y dice: "Pasad por aquí, en el mismo orden".
Analicemos esa frase detenidamente: "Pasad por aquí, en el mismo orden". No sé por qué, pero algo falla en la oración. O "mismo orden" significa "orden contrario", o las viejecitas no tienen enchufado el sonotone. Ya que, misteriosamente miran a los lados y se encaminan sigilosas hacia la caja, y tú piensas: "mismo orden... Mismo orden... Qué raro."
Entonces ves como la anciana con la pelusa (porque está claro que lo que tiene en la cabeza no es pelo) más cardada, llamémosla Eustaquia, te mira con superioridad. Desafiante.
Bueno, pues eso más un "Arreando que es gerundio" y ya estás de patitas en la calle, con tu lista de la compra y tres bolsicas en el bolsillo (que es que las mu' japutas cuestan dos céntimos y ese gasto no se lo puede permitir una madre). Aunque los menos afortunados tienen que cargar con un carrito de Dora La Exploradora.
Omitiendo los detalles de cómo llegaste a la puerta (hagamos un corte sutil, como en las pelis coreanas de bajo presupuesto), ya estás en la tienda. Revisas la lista, mientras cantas en tu cabeza "Meeeeeeeeercadona, Meeeeeeeercadona" y suena alguna que otra canción antigua de La Oreja de Van Gogh (que seamos realistas, solo salen en los supermercados, las pobrecicas). Cuando ya te has recorrido los tres mil pasillos y vas cargado de lo que comenzó siendo "tráeme tres barras de pan", hasta "el caldo de pollo Gallina Blanca; sí, el que está al lado del tomate, gilipollas", llegas a la cola. Aunque con la gente que hay ya podría ser la cola del INEM, igualita.
Mientras llevas como cinco minutos esperando, tres viejas con cara de "Hija, tengo más cosas que tú y puede que te insinúe que tengo prisa o que me duele la pelvis para que me dejes pasar, pero si tú estuvieras detrás de mí con un solo puto paquete de chicles no te colaba, zorra" se han colocado detrás de ti.
Tres gruñidos de vieja después, ocurre el milagro. Una cajera vuelve de tomarse el cafelito de las ocho de la tarde y dice: "Pasad por aquí, en el mismo orden".
Analicemos esa frase detenidamente: "Pasad por aquí, en el mismo orden". No sé por qué, pero algo falla en la oración. O "mismo orden" significa "orden contrario", o las viejecitas no tienen enchufado el sonotone. Ya que, misteriosamente miran a los lados y se encaminan sigilosas hacia la caja, y tú piensas: "mismo orden... Mismo orden... Qué raro."
Entonces ves como la anciana con la pelusa (porque está claro que lo que tiene en la cabeza no es pelo) más cardada, llamémosla Eustaquia, te mira con superioridad. Desafiante.
En ese preciso momento, una lágrima de tus ojos cae junto al peso de la derrota sobre los hombros. Un jubilado se ha marcado un #FuckThePolice.
En ese preciso momento, te replanteas tu vida.
Y yo con estos pelos
Yo soy de las que piensan que las cosas llegan cuando menos te lo esperas. Un día estás comiendo pipas en un banco y de repente...¡¡BAAAAMMMMM!! El verano se acaba, tu mejor amiga se ha enamorado de un apicultor, un militar te habla por Tuenti, te va a visitar un extraterrestre, un panchito te insulta, te conviertes en mecánica y un brócoli te pide salir.
Y lo peor de todo: tu jefe de estudios se llama Pepe Llavero Bailón.
Y lo peor de todo: tu jefe de estudios se llama Pepe Llavero Bailón.
Ni Batman, ni Superman
¿No te has imaginado nunca que, por ejemplo, tu madre fuese una espía? O quizá aquel desconocido. Tan formal, tan gris, con su maletín a rayas y sus gafas cuadradas. Entra a una cabina de teléfono, se deshace de su traje en cero coma treinta y ocho milésimas de segundo y aparece un superhéroe. O quizá un supervillano.
Ya que lo menciono, ¿por qué se infravalora tanto a los villanos? ¿Por qué pierden siempre en las películas? ¿Eso nos da a entender que lo correcto es ser un héroe? Pues yo creo sinceramente que todos escondemos dentro un villano. Y no de los que solo roban caramelos a los niños, sino de los que son más malos que una picadura de mosquito.
Cada persona tiene su kryptonita y su segunda cara de la moneda. Cada persona podría quererte y al día siguiente romperte el corazón...
Pero bueno, al menos tengo el consuelo de que yo no sufro esa presión de tener que estar buenorra para cumplir mi rol en sociedad.
Oh, wait...
Ya que lo menciono, ¿por qué se infravalora tanto a los villanos? ¿Por qué pierden siempre en las películas? ¿Eso nos da a entender que lo correcto es ser un héroe? Pues yo creo sinceramente que todos escondemos dentro un villano. Y no de los que solo roban caramelos a los niños, sino de los que son más malos que una picadura de mosquito.
Cada persona tiene su kryptonita y su segunda cara de la moneda. Cada persona podría quererte y al día siguiente romperte el corazón...
Pero bueno, al menos tengo el consuelo de que yo no sufro esa presión de tener que estar buenorra para cumplir mi rol en sociedad.
Oh, wait...
Epitafio de mi inexistente dignidad
15 de Julio de 2012. Domingo.
(Ni lunes ni sábado: domingo.)
Todos los domingos mi padre nos trae una caja, dentro de ella hay tres pinzas (una por cada hermano): dos amarillas y una verde. Si te toca la verde, friegas los platos. Así de simple y doloroso al mismo tiempo.
Las dos semanas anteriores les había tocado a mis hermanos (he de añadir el dato de que yo siempre he tenido suerte en los juegos de azar. O eso creo), así que tenía que resignarme al hecho de que hoy
Después de comer siempre me tomo un tiempo de relax, para asimilar la ardua tarea que se me aproxima.
Con el decimotercero 'NIÑA, VE A ARREGLAR LA COCINA', me levanté de mi cama a pesar de que mis músculos se resistían; sabían lo que se avecinaba.
Me anudé el delantal arrastrando mis temblorosas e inseguras manos hacia la nuca, a ritmo de la banda sonora del Equipo A. Tragué saliva antes de dar media vuelta para echar un vistazo al fregadero.
Ni mucho ni poco.
Cuando me quedaban tres cacerolas locas y un par de platos, mi padre entró a la cocina. La hora del café.
Mis labios dibujaron una sonrisa inquebrantable mientras mis ojos se posaban en los suyos con un aire de grandeza. Hoy era el día. Durante mis 16 primaveras, cada domingo cuyo turno de arreglar la cocina me pertenecía, en el último momento mi padre había sorbido las últimas gotas de su café y había depositado el vaso sucio en el fregadero. Otro más que limpiar.
La primera vez no me importó, puede que la segunda tampoco. Pero poco a poco, la hora del café se fue convirtiendo en un juego. Y hoy por primera vez la victoria iba a ser mía.
Solo me quedaban una cacerola y un plato cuando mi padre empezó a servirse la fría leche en un vaso que casi me miraba receloso.
Mientras que la cuchara se posaba una y otra vez en el bote de Hacendado, yo ya estaba terminando de secar el fregadero con un paño. Una vez terminé, me escapé de la siniestra cocina, no sin antes lanzar una mirada de autosuficiencia hacia mi padre, que estaba analizando con esos azules y penetrantes ojos cada detalle de esta. Antes de posar mi pie derecho en el pasillo que la comunicaba con el salón, mi padre detuvo mis movimientos alargando su brazo hacia mis hombros.
- No has secado la encimera. - musitó mientras depositaba el ya vacío vaso en el fregadero y abandonaba la sala tras cerrar la puerta. Quedándome atrapada en esas cuatro paredes, que seguro se reían de mi desgracia, restregué la encimera con el paño seco. Dirigí una mirada de rencor hacía el vaso cristalino y me dispuse a fregarlo a la vez que una silenciosa lágrima recorría el Tour de Francia en mi pálida mejilla.
Juraría que tras abandonar la cocina junto a mi inexistente dignidad escuché un:
"Cuando seas padre tus hijos fregarán tu café".
Os vigilo de cerca
¿Por qué los cables se cruzan y no hacen otra cosa más productiva? Como por ejemplo... ¡la conga!
Todos seríamos más felices si los cables se pusieran a hacer bailecitos sureños y repartir guirnaldas de flores a viejos con la piel más oscura que sus propias muelas.
Si yo fuera vosotros no iría de tan chulito por la vida. Payasos.
Dais pena.
PD: No dejéis que se os crucen los cables, contribuis con su malévolo plan de exterminar las galletas Lulú.
Era más fácil en la película
Hoy creo que empezaré con un verbo sencillo, aunque un poco toca-huevines. Rendirse.
¿Qué es 'rendirse' y por qué la gente lo hace?
Rendirse, según la RAE: "tener que admitir o aceptar algo"
A decir verdad, yo no estoy del todo de acuerdo. Aunque, como es normal, pensaréis: "¿y qué derecho tiene una simple rana bailarina de cuestionar a la RAE?" Pues veréis, no tengo ninguno. Pero como es mi blog, tendréis que apechugar.
Para mí rendirse es caer en lo más profundo del foso, donde se acumula todo el dolor. Me lo imagino como las celdas de Saw, pero un poco menos gore. Eso sí, la roña es la misma. Que ya podían pasarse a limpiar, los muy cerdos. A lo tonto, a lo tonto se acaban llenando las paredes de fluidos de beliebers y ya veréis luego pa' quitarlo. Bueno, continúo. Un poco antes de caer en ese foso, surgen situaciones complicadas y exasperantes, que te hacen vacilar. Y una vez llega el momento, tienes que decidir que es lo mejor para ti o para los demás: renunciar o pelear.(A lo Matrix, pastilla azul o pastilla roja)
Si eliges la primera opción llegarán momentos de melancolía, paz o alivio. Supongo que depende de la situación. Pero tarde o temprano, surgirán nuevas situaciones en las que tendrás que volver al punto inicial, y decidirás de nuevo si tirar la toalla o seguir.
Yo creo que soy de las personas que no se rinden, o al menos no fácilmente. O por lo menos, eso es lo que era hace un tiempo, porque cada vez me doy más cuenta de que casi todo está perdiendo su importancia, de que a medida que pasan los días todo me da más igual.
Ahora me encuentro frente a un señor de gafas oscuras que me muestra sus manos. En la derecha tiene una pastilla roja y en la izquierda una azul.Bueno, y en la tercera mano un preservativo de fresa, me ha guiñado un ojo y creo que se me está insinuando.
Se acerca el momento de decidir.
Me pregunto qué haré.
Me pregunto en qué estoy pensando.
¿Roja o azul?
¿Qué es 'rendirse' y por qué la gente lo hace?
Rendirse, según la RAE: "tener que admitir o aceptar algo"
A decir verdad, yo no estoy del todo de acuerdo. Aunque, como es normal, pensaréis: "¿y qué derecho tiene una simple rana bailarina de cuestionar a la RAE?" Pues veréis, no tengo ninguno. Pero como es mi blog, tendréis que apechugar.
Para mí rendirse es caer en lo más profundo del foso, donde se acumula todo el dolor. Me lo imagino como las celdas de Saw, pero un poco menos gore. Eso sí, la roña es la misma. Que ya podían pasarse a limpiar, los muy cerdos. A lo tonto, a lo tonto se acaban llenando las paredes de fluidos de beliebers y ya veréis luego pa' quitarlo. Bueno, continúo. Un poco antes de caer en ese foso, surgen situaciones complicadas y exasperantes, que te hacen vacilar. Y una vez llega el momento, tienes que decidir que es lo mejor para ti o para los demás: renunciar o pelear.
Si eliges la primera opción llegarán momentos de melancolía, paz o alivio. Supongo que depende de la situación. Pero tarde o temprano, surgirán nuevas situaciones en las que tendrás que volver al punto inicial, y decidirás de nuevo si tirar la toalla o seguir.
Yo creo que soy de las personas que no se rinden, o al menos no fácilmente. O por lo menos, eso es lo que era hace un tiempo, porque cada vez me doy más cuenta de que casi todo está perdiendo su importancia, de que a medida que pasan los días todo me da más igual.
Ahora me encuentro frente a un señor de gafas oscuras que me muestra sus manos. En la derecha tiene una pastilla roja y en la izquierda una azul.
Se acerca el momento de decidir.
Me pregunto qué haré.
Me pregunto en qué estoy pensando.
¿Roja o azul?
Fruto del aburrimiento
Después de muchos años en intensivo estudio
En serio, tengo curiosidad. ¿Será una guayaba?
Frutos del aburrimiento de fiesta.
Los pobres son tan aburridos que no se pueden permitir usar exclamaciones.
Aquí va una lista de cosas producidas por fruto del aburrimiento:
- Esta entrada.
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- Esos perros que mueven la cabeza y se colocan en los coches
- Esas hawaianas que mueven la cabeza y se colocan en los coches
- Esos dados que no mueven la cabeza porque no tienen, si no, lo harían y se colocan en los coches
- Las guayabas
- Las cestas de frutas de frutos del aburrimiento
- Twitter
- Este blog
- Los hipsters
- Los últimos 8394364923748 pokémons
- Las flores de plástico
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Las hormigas guerreras que un día lo conquistarán todo
Hay momentos en los que todos nos sentimos como hormigas, minúsculos. Sentimos que hasta la más diminuta piedra puede con nosotros y nos aplasta. Tenemos colgado en la frente un cartel que dice: Insignificante. Ese cartel es casi imperceptible para unos y para otros brilla como luces de neón. ¿Y qué haces cuando notas como otros se colocan su propio letrero, como se hunden en una mediocridad que no poseen?
A veces quisieras decirles lo grandes que son. Que los rascacielos sentirían envidia y que si es verdad que son hormigas, son de las guerreras.Claro, aunque sería un poquito raro que hubiesen sufrido tal mutación genética como para ser hormigas más grandes que rascacielos y con capacidad de habla. Me callo. Sería genial poder decir todo esto, ayudar con unas cuantas palabras que no salen de tu boca por timidez. Sería genial ayudar, de vez en cuando. Y también sería genial escribirlo.
Puede que algún día me convierta en una hormiga guerrera, de esas que no se rinden. De esas, que ante los problemas, por colosales que sean, se dedican a correr a las tantas de la madrugada, a gritar a alguien que no escucha y a llorar y reír a la vez.
A veces quisieras decirles lo grandes que son. Que los rascacielos sentirían envidia y que si es verdad que son hormigas, son de las guerreras.
Puede que algún día me convierta en una hormiga guerrera, de esas que no se rinden. De esas, que ante los problemas, por colosales que sean, se dedican a correr a las tantas de la madrugada, a gritar a alguien que no escucha y a llorar y reír a la vez.
Días de campo
Ahora que lo pienso, no sabéis nada casi nada de mí. Hola, me llamo Celia, tengo casi dieciséis quince años, vivo en una ciudad de mierda Linares y soy alcohólica.
Bueno, solo era una pequeña introducción, ahora voy a lo esencial. Supongo que todos habréis ido alguna vez de campo: Amigos, hierba, calor,bichos asquerosos, bocadillos, hierba, cansancio, hierba, olor a mierda, hierba, mochilas y más hierba. Sí, eso es lo más básico. Creo que todos vais cogiendo la idea.
Sedmesegún Google Chrome no existe sedme sinceros, ¿alguno de vosotros sabe por qué cujune' todo Dios te saluda cuando estás en el campo? ¿Existe una ley no escrita acaso? Por esa regla de tres... ¡¿me agregarán a Tuenti?! Mmm... viejitos.
Ahora, seriedad... Yo no firmé ningún contrato la primera vez que me fui de campo, o al menos eso creo...¿Me habrían drogado?
Y otra cosa, ¿cómo que los canis saben ir en bici? Pensé que no disponían de tanta capacidad mentalcomo habréis comprobado no ha hecho falta ni tacharlo, es algo que todos pensamos.
Lo mejor de todo es que, a veces, te encuentras con gente que hace que la hierba sea lo más bonito del mundo.
Bueno, os dejo con la última foto que he sacado en el campo:
Bueno, solo era una pequeña introducción, ahora voy a lo esencial. Supongo que todos habréis ido alguna vez de campo: Amigos, hierba, calor,
Sedme
Ahora, seriedad... Yo no firmé ningún contrato la primera vez que me fui de campo, o al menos eso creo...
Y otra cosa, ¿cómo que los canis saben ir en bici? Pensé que no disponían de tanta capacidad mental
Lo mejor de todo es que, a veces, te encuentras con gente que hace que la hierba sea lo más bonito del mundo.
Bueno, os dejo con la última foto que he sacado en el campo:
Preciosa, ¿verdad?
PD: Según Google Chrome, 'Google Chrome' no existe nadatienesentido.
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