El corazón es un órgano estúpido. Late por inercia desde que nacemos y abrimos los ojos hasta que morimos y nos los cierran, sin ningún motivo, sin razón aparente. Sin buscar antes una causa y sin molestarse en fingir un pretexto. Y cuando parece que cobra vida y sus pulsaciones se disparan, cuando lo sientes en tu garganta (y en tu esófago), cuando albergas un hilo de esperanza... nada. Vuelve a su rutina, a su tik y a su tak. Vuelve a ser el reloj cuyo sonido hace mella en tu oído (pero nunca en el corazón). Y cuando llega el invierno se cree que merece hibernar y nos da de lado, palpita por palpitar, librándonos de esos pocos sobresaltos que tanto anhelamos. Para hacernos creer que sigue allí, pero no lo hace. Se ha ido.
Creo que este mundo esconde una fuerza increíble en los sitios más impredecibles y más extraños. La esconde como un tesoro precioso y sólo se te presenta si ésta, y su espíritu inocente, cree que debe hacerlo. Quizá si eres impredecible y extraño. O tal vez si no lo eres. Quizá si nadie conoce nombres para definirte.
Si tu esencia está por encima de las connotaciones.
Si tú... das ese calor de combustible infinito que ni el más frío invierno se atreve a apagar.
¿Qué pasaría si fueras así?
¿Te atreverías a acabar con las tormentas y los aludes?
¿Harías del invierno un lugar más cálido?
Un lugar donde el corazón no hibernara y encontrara su razón de latir...
2 comentarios:
En mi caso, creo que difícilmente sería capaz de acabar con tormentas, soy demasiado cobarde, he de admitirlo. Por otro lado, creo que si alguna vez dejo de lado el invierno, no sería capaz de volver a escribir... Prácticamente todo lo que escribo nace de la tristeza, vaya.
Sin embargo, no negaré que a veces deseo encontrar "mi razón de latir". Y estoy tratando de convencerme a mí misma de que seré capaz de encontrarlo. Sin embargo... Aún no sé siquiera si voy por el buen camino, o si he empezado a andar.
<3
"Aún no sé siquiera si voy por el buen camino, o si he empezado a andar."
Es curioso... Siempre consigues sacarme una sonrisa aunque, según tú, lo que escribes nace de la tristeza. Quizá la línea que separa la tristeza y la alegría no sea tan perceptible como parece.
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