Creo que lo que tenemos tú y yo es lo más complejo que he sentido nunca.
Y lo más sencillo.
A veces pienso que se construye totalmente solo. Es como ver cómo se hilan los extremos de una trenza, una y otra vez, sin parar.
Es de los pocos mecanismos que, a pesar de no entender, no podrían resultarme más transparentes. Y si es que alguna vez se empañan, solo habría que rozarlos para recobrar su nitidez.
Solo cuando me doy cuenta de lo que tenemos, es cuando la escena se detiene y la canción que, hasta entonces, era imperceptible, suena más fuerte. Es lo único que puedo escuchar.
¿Sabrás, si quiera, que estoy hablando de ti?
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