No era plenitud ni vacío,
era Ausencia.
Carencia de brillo y matices.
Falta de presencia.
Pero era. ¿Vida? No sé.
Su piel se aferraba al frío,
al dolor de no sentir dolor.
A la pérdida de fe.
Fotogramas sin color
componían sus escenas
y retazos sepias de deslices
que enfocaban a su esquela.
Cuando huía de pantalla,
vestida con rasgadas telas,
olvidaba que era Ausencia
de sentimientos y ganas
de dar a sus huesos calor
y alzar sus maltrechas alas.
Si eras de los pocos que conocen
el arte de mirar con amor,
sabrías que detrás del escenario
ella brillaba con más candor
que los astros en el cielo.
4 comentarios:
Me parece increiblemente difícil escribir en verso, y más aun hacerlo bien y conseguir transmitir. Enhorabuena, tú lo haces. ,e ha dejado pensando lo de "el dolor de no sentir dolor"
Muchas gracias por tu comentario y la recomendación musical, ahora mismo estoy escuchándola. Un besito :)
Qué ganas tenía de leer un poquito de poesía y, fíjate, he encontrado tu blog. "El arte de mirar con amor"... Qué tierno y qué cálido. Me ha gustado mucho :)
La ausencia también es vida cuando nos hace revolcarnos, cuando nos hace daño, cuando nos hace comprender que sentimos porque estamos vivos.
Si tanto brillaba, es porque no había ausencia es su interior :)
Besitos
Miss Carrousel
Muy bueno
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