se entremezclaron con el aire
que atravesaba tus pupilas vacías
y una voz queda maúlla
y una luna ya no brilla
quedan dos en tu bóveda nocturna
su órbita se estremece
su negrura adolece
y no encuentras ninguna cura
sale el sol y se iluminan
las promesas de unas sombras
que no pueden hablar
y te crees a salvo
y te ves temblando
sujeto de delirios
que no puedes ignorar
Iluso.
La noche no es su único escenario.
1 comentario:
Me ponen los pelos de punta tus escritos, sublime. Un saludo!
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