Pétalos entre páginas

Sus infinitos pliegues se bifurcan, se entrecruzan mirándose de soslayo. Y los olores que despiertan en mí ya no son dulces, ni siquiera cítricos. Son de flores que han perdido la intensidad por el camino, que dejan resquicios suaves, imperfectos. Mortales. Son olores indefinidos e inconstantes, por los que merece la pena forzar los sentidos, arrastrarlos por un valle de incomprensión; que resulta no ser del todo desconocida, si te fijas bien. Si te paras a descubrir lo que esconden sus puertas entreabiertas, las que solo aprecias por instinto. Las que tu cuerpo atraviesa movido por hilos invisibles porque algo que palpita dentro de tu ser te reconduce por los caminos de la curiosidad y el misterio. Y una vez en sus senderos, no eres capaz de no perderte. No eres capaz de no querer no perderte.
Una vez adentrado en sus páginas vetustas, renuncias a todo lo que no huela a flores marchitas y quimeras. Y te ahogas entre sus sábanas de terciopelo, entre el hueco que te separa a ti y al mundo. Te desdibujas en un aire que no logra viciarse; pues hace tiempo que no estás respirando, amor mío.

3 comentarios:

Una simple yo dijo...

Wow, qué texto más profundo, me ha dejado la piel de gallina. Me encanta como escribes, un besito grande :)

Estefi Mourelle dijo...

Escribes muy bonito
Si te apetece me encantaría que pasaras a echarle un vistazo a mi blog, un abrazo

Burn (Pato) dijo...

Impresionante, me dejas sin palabras. Un texto maravilloso, vas a llegar muy lejos. Y espero poder verlo. Sigo por aquí, ansiosa de leer más.

Un beso muy grande,
María.

P.D: mil gracias por el comentario que dejaste en mi blog. Cosas como esa me dan la vida