Gotas de agua caen del cielo
y bañan las nubes de resquicios de plata.
Gotas de agua calman mi sed
y apaciguan el miedo
que no me atrevo a sentir.
La negrura engulle su brillo
y cae otra gota de plata.
La luz acaricia la piel
y la soledad se ahoga de vacío.
¿Por qué jamás va a tocarme
esa gota de agua?
¿Por qué jamás voy a arder
entre las ascuas del fuego?
«No te estremezcas» grito
ante esta anáfora que
jamás helará mi sangre:
llegamos y desaparecemos en silencio.
A oscuras.
4 comentarios:
Eres muy buena. Nada más. Admiración.
Que realidad la que has descrito, Celia.
Me ha gustado mucho como lo expresas, al fin y al cabo todos llegamos y desaparecemos de esta manera: solos.
Un besazo
Me has movido algo por dentro, quizás lágrimas de plata.
Me gustaría conseguir provocar lo mismo en ti. Te espero pòr mi blog: http://inconscientetrapecistadelasmentes.blogspot.com.es/
Es mejor estremecerse al lado de alguien, de esa gota de agua mágica, que solos.
Miss Carrousel
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